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A Veces, Más Que un Juego

Kelly Cordes  /  Feb 19, 2019  /  2 Min Read  /  Climbing

After hard crimping right off the glacier, Kate Rutherford sinks her fingers into the climbing above. Pointe Adolphe Rey, Chamonix, France. Photo: Bernd Zeugswetter

Cuando pienso en la escalada, no pienso en cumbres. Veo siluetas sinuosas que se yerguen y caen entre el cielo y la tierra, y rayos de sol colándose entre agujas, proyectando la sombra de los gigantes sobre ríos de roca y hielo bajo ellas, curvándose, moviéndose, doblándose con el paso del tiempo. Recuerdo a mis compañeros y a mí, atados unos a otros sin línea de vida al suelo y sin soporte externo, buscando una solución restringida por el equipo que cargamos y las destrezas cultivadas a través de la experiencia. Incluso en extensiones incomprensiblemente grandes, el detalle más pequeño puede hacer la diferencia. Una sola secuencia de cantos de roca, de solo milímetros de ancho, a un kilómetro de tierra firme, puede destrabar una ruta, significando la confluencia entre lo grande y lo pequeño, y la importancia de actuar con los ojos bien abiertos. Lo que ves inspira a la acción, y la acción da forma al resultado.

En la escalada moderna, hacer cumbre no es gran cosa si tienes suficiente gente y equipo. Lo que importa es cómo llegas ahí. En un juego carente de valor tangible, el estilo lo es todo. Y un buen estilo, tanto en la escalada seria como en la vida, demanda —requiere— honestidad interna. Esas experiencias te moldean. Pueden cambiarte.

No es de extrañar que los orígenes de Patagonia estén íntimamente atados con la escalada en roca y el alpinismo. Yvon perfeccionó sus habilidades en la era de los pioneros de Yosemite, luego las llevó a vírgenes terrenos alpinos, incluyendo, más afamadamente, el Macizo del Chaltén en la Patagonia, cuyo perfil da forma al logo de nuestra compañía. Para Yvon, como para muchos otros entonces y ahora, el acto y el arte de ascender eran mucho más importantes que las cumbres “por cualquier medio”. Temprano en los 70, después de que Yvon y su socio reconocieran el daño causado a la roca por sus clavos, lideraron la revolución de la escalada limpia. Le pidieron a la gente que se abstuvieran de usar uno de los artículos más populares de su compañía, los pitones, en favor de otras formas de protección menos dañinas. Se tomaron en serio la importancia de hacerlo bien. Y al hacerlo, mostraron respeto por el recurso, ellos mismos y los escaladores que los seguirían.

“Como la elección de una palabra en un poema, (el emplazamiento) puede afectar a toda la composición”, escribió Royal Robbins. Ese espíritu orienta nuestra filosofía de diseño e ilustra una buena forma de vivir. Haz más con menos, y no destroces el lugar. A veces, es más que un juego.

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