Una palabra …

Abajo puedes encontrar la introducción del catálogo de 1972 de Chouinard Equipment, la primera edición que ofreció más que solo órdenes de compra, escrita por Yvon Chouinard y Tom Frost. A pesar de que Chouinard Equipment era en ese momento el principal fabricante de pitones del país, Chouinard y Frost presenciaron en primera persona el daño que los pitones causaban en la roca. Reflejando un cambio que los escaladores habían iniciado en el Reino Unido, la costa este y otros destinos, este ensayo marca su giro desde los pitones a los empotradores, para así preservar la integridad de la naturaleza vertical. Pero los principios que delinearon para la “escalada limpia” van más allá del equipo. Ellos interrogaron los más altos ideales de la escalada y establecieron los valores que guían el actuar de Patagonia hasta el día de hoy.

En conmemoración del 50 aniversario del catálogo de 1972, estamos republicando el ensayo en su totalidad, para que pueda inspirar a una nueva generación de escaladores y escaladoras, así como ayudar a renovar nuestros propios compromisos: con poner el estilo antes que la cumbre, con la comunidad escaladora y con el planeta que aún trabajamos por salvar.

Los años 60 marcaron un despertar en la escalada norteamericana caracterizado por un gran incremento en la actividad vertical, acompañado de cerca por una correspondiente mejora en la técnica y el equipamiento. El resultado han sido significativos avances en la escalada. Por otra parte, esta combinación está generando un serio problema: el deterioro del entorno de la escalada. El deterioro tiene dos caras, que involucran tanto el aspecto físico de las montañas y la integridad moral de los escaladores.

Ya no podemos asumir que los recursos de la tierra son ilimitados, que existen vastas extensiones de cumbres inescaladas más allá del horizonte. Las montañas son finitas y, a pesar de su apariencia descomunal, son frágiles.

Si bien la tundra alpina, las praderas, árboles, lagos y arroyos, están todos bajo amenaza, nuestra principal preocupación es el deterioro de la roca en sí misma. El granito es delicado y suave, mucho más suave que los pitones de acero aleado que se martillan en su interior. En las rutas populares de Yosemite y otros destinos las fisuras se están degenerando en una serie de agujeros de pitones. Las lajas y bloques se están soltando y rompiendo como resultado del continuo emplazamiento y remoción de los duros pitones.

Podemos ofrecer un par de soluciones inmediatas. No te montes en rutas que no pretendes terminar. No escales al Sickle Ledge a no ser que planees completar The Nose. No uses equipo para escalada artificial en rutas para escalada libre. Pero, lo más importante, empieza a usar empotradores. Los empotradores y las runners no dañan la roca y ofrecen una agradable y práctica alternativa a los pitones en la mayoría de las rutas para escalada libre y muchas de las artificiales también. No uses pitones en rutas que se han establecido como limpias. Donde sea necesario el uso de un pitón, uno fijo debe ser considerado y documentado en las guías locales. Rutas con dificultad de hasta 5.7 se escalaron en Inglaterra hace ya 60 años. Los pies de esas rutas hoy están totalmente pulidos, pero gracias a que no se han usado pitones en ellas, las fisuras están en perfectas condiciones. Te invitamos a que pongas atención al excelente tratado de Doug Robinson sobre la alegría y las diferentes formas de escalar sin pitones. Fue escrito especialmente para este catálogo.

Igualmente preocupante es el deterioro moral. Armado cada vez de una mayor variedad de artilugios y técnicas, el estilo de la escalada técnica se está degradando de tal manera que los elementos esenciales para la experiencia de escalar, la aventura y la apreciación del ambiente de montaña en sí mismo, van quedando anegados. Las tácticas con cuerdas fijas, las escaleras de chapas, los hooks, los clavos, los topos detallados y las listas de equipo, además de la garantía de un rescate, empobrecen en lugar de mejorar una ruta. Hoy, la técnica y la tecnología existentes son tan poderosas que casi cualquier escalada que te imagines puede ser realizable, reduciendo el miedo a lo desconocido a un mero ejercicio de memoria.

Quienes instalan chapas como locos se ubican entre los peores transgresores de los ambientes alpinos. Los escaladores jóvenes deben aprender que poner chapas es algo que se hace como sustituto a la escalada. Las guías, las escuelas de escalada y los escaladores experimentados tienen una gran responsabilidad en este sentido.

Creemos que la única forma de asegurar la experiencia de la escalada para nosotros y las futuras generaciones es preservar (1) la naturaleza vertical y (2) la aventura inherente a la experiencia. En realidad, el único seguro para garantizar esta aventura, así como lo más seguro para mantenerla, es el ejercicio de la moderación y la responsabilidad individual.

En consecuencia, es el estilo de la escalada, no la obtención de una cumbre, lo que se constituye en la cuantificación del éxito personal. Como dicta la tradición, cada uno de nosotros debe ponderar si el fin es más importante que los medios. Dada la vital importancia del estilo, sugerimos que lo fundamental es la simplicidad. Mientras menos objetos haya entre el escalador y la ruta, mayor es la oportunidad de obtener la comunicación, con uno mismo y con la naturaleza, deseada.

El equipo que se ofrece en este catálogo pretende dar soporte a esta ética. Fundamentalmente multipropósito, los productos están cuidadosamente diseñados para servir a las necesidades generales de un escalador. Más que una simple ayuda, están concebidos para ser utilizados en significativa combinación con las técnicas aceptadas para elevar al individuo a una gratificante experiencia alpina.

En la medida que entramos en esta nueva era del montañismo, reexamina tus motivaciones para escalar. Aplica moderación y buen juicio cuando uses el equipo Chouinard. Recuerda a la roca, al otro escalador. Escala limpio.

Profundiza: Lee nuestra reflexión para 2022 sobre el estado de la escalada limpia, “Traigamos de vuelta la escalada limpia”, por Mailee Hung.