El Regreso de un Clásico del Surf

Nota del editor: Publicado originalmente en 1964, Waves and Beaches se convirtió rápidamente en un manual esencial para cualquiera que estudie, surfee, proteja o esté fascinado por el océano, una deliciosa combinación de ciencia y aventura. El autor original, Willard Bascom, incluyó una gran cantidad de información basada en la teoría y en estadísticas, pero también en observaciones anecdóticas y experiencias personales. Así llevó la comprensión del asombroso y complejo poder de las olas al público general.

Refrescada con nuevos conocimientos, esta actualización de Kim McCoy agrega datos y anécdotas recientes que contribuyen a la relevancia del libro en la época del cambio climático. El texto destaca las transformaciones en curso de nuestras ciudades costeras, embarcaciones marítimas, suministros de energía y el comercio global.

Además de estudiantes, surfistas y el público en general, la edición actualizada de este querido clásico es un manual esencial para los activistas marítimos, que brinda explicaciones claras y recursos detallados para la batalla constante por preservar la costa.

El siguiente es un extracto de Waves and Beaches, actualizado y republicado por Patagonia en 2021.

Nos acercamos a la isla en un bote abierto, redujimos la velocidad, echamos el ancla y el bote se detuvo. La isla mediterránea de Tinetto se encuentra a las afueras del seguro puerto de La Spezia, Italia, y está expuesta al oleaje de las profundas aguas del mar de Liguria. La isla es pequeña, se puede caminar de punta a punta en unos minutos y se eleva solo unos pocos pisos sobre el nivel del mar. El agua estaba clara y la brisa, cálida y suave, nos calentó la piel mientras caminábamos por el banco de arena hacia la orilla.

Cuando estuvimos en Tinetto, la isla reveló una característica inusual: una abertura llena de agua salada, un pozo oblongo lo suficientemente ancho como para estirar los brazos y lo suficientemente largo como para tumbarse boca abajo con las aletas de buceo extendidas. Intrigado por esta abertura en forma de pozo, que subía y bajaba con el ritmo del largo período de las olas, descendí, con máscara y aletas, hacia el pulsante vacío. Mirando hacia abajo, mis ojos se adaptaron lentamente a la luz tenue. Tomé una profunda bocanada de aire a través de mi snorkel, me incliné por la cintura, levanté las aletas en el aire y me hundí de cabeza. Después de una distancia de diez cuerpos y treinta segundos por debajo de la superficie, apareció una caverna submarina con su propia playa de arena blanca, la que seguía descendiendo suavemente hacia una luz lejana. Cada ola que pasaba, invisible, agitaba granos de arena de un lado a otro sobre el ondulante suelo de la cueva.

Después de un minuto en el fondo llegó el momento de volver a la superficie. Una vez sobre el agua, le dije a mis compañeros: “Hay una playa de arena allá abajo y puedo ver la luz que viene del otro lado. Esta cueva debe extenderse hasta el final de Tinetto. Es un túnel submarino”.

Me sumergí una y otra vez, cada vez más profundo y más largo. La playa submarina terminaba en una apretada abertura del tamaño de una puerta, donde el flujo oscilante había barrido toda la arena. Supuse que este sería el punto de no retorno en mi próxima inmersión. De regreso en la superficie, le dije a mis compañeros que haría el intento. “Si no vuelvo en tres minutos, no me sigan. Esperen hasta que nade alrededor de la isla”.

Me calmé y volví a sumergirme, esta vez con la intención de cruzar la puerta y atravesar la cueva por completo. Abajo, el torrente de agua de cada ola me succionaba hacia la puerta. Nadé más y luego me detuve en el umbral. Tranquilo, pero concentrado, pasé el punto donde estaba demasiado adentro de la cueva como para regresar por donde había venido. La energía de la siguiente ola de aguas profundas fue aún más fuerte; esta era la ola que marcaría el punto de no retorno y la única salida estaba hacia adelante. Mientras seguía bajando ecualicé la presión en mis tímpanos. Cuando la siguiente ola empujó el agua contra mi cuerpo, resistí agarrándome de las rocas del fondo. Había empujado más fuerte y más profundo de lo que había anticipado, ahora el equivalente a seis pisos bajo el agua; conteniendo la respiración sin ningún punto de referencia, me di cuenta de que estaba lejos de estar seguro.

Después de unos dos minutos dejé atrás la estrechez moviéndome hacia el llamado de la luz y giré hacia arriba, esperando ascender por una pared vertical hacia la superficie. Pero había más: sobre mí había un techo invisible y desgastado por las olas de la cueva que se extendía hacia arriba, no verticalmente sino en un ángulo de 45 grados. Pensé brevemente en la posibilidad de perder la conciencia, pero aparté ese pensamiento de mi mente. Avancé una distancia como de medio campo de fútbol antes de llegar a la superficie. En poco más de dos minutos, había nadado bajo el agua a través de una isla, sentí el pulso de la energía de las olas, resistí los movimientos del agua y la arena y casi me desmayé. El sol calentó mis labios y comencé a sonreír, mecido por el vaivén del seiche. – KM

La nueva edición de Waves and Beaches está disponible en tiendas Patagonia seleccionadas, en Patagonia.com y en algunas librerías. Disponible en forma impresa o como e-book.