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Remendando la vida

Sonya Montenegro  /  febrero 2, 2022  /  Lectura de 3 Minutos  /  Worn Wear

La alegre, meditativa y silenciosa rebelión de arreglar tu ropa a mano.

“Desde que aprendí a zurcir ya no veo un agujero como una razón para desechar toda la prenda”, dice Sonya. “Un hoyo es una invitación a involucrarme, a ejercitar mi ingenio y a practicar mi costura. Sí, toma tiempo, y la verdad es que a menudo me siento demasiado ocupada como para abordar mi creciente montón de cosas que esperan ser reparadas. Pero cuando encuentro el tiempo, la reparación siempre es inmensamente gratificante”. Foto: Corrinne Theodoru

Realmente no recuerdo cuándo fue que descubrí el lado oscuro de la moda. Reconocerlo fue parte de una seguidilla de despertares estimulados por la noticia de la tragedia del colapso de la fábrica de ropa Rana Plaza en Bangladesh en 2013, ver el excelente documental: The True Cost (El verdadero costo) y seguir la campaña “¿Quién hizo mi ropa?” liderada por Fashion Revolution. Si la mayoría de nuestra ropa se ha obtenido a costa de la mano de obra de esclavos, contaminación, sufrimiento y desperdicios, entonces remendar es una respuesta: un acto de sanación, de reconocer y honrar el trabajo y los recursos que se emplearon para hacer la prenda.

Hace casi una década, junto a mi hermana Nina comenzamos a enseñarnos a reparar nuestras cosas a medida que se rasgaban, desgastaban y rompían. Ciertamente no nos hemos convertido en expertas, pero realmente no queremos serlo. Es algo que nos comete a todos y una habilidad relativamente sencilla, una que la mayor parte de las personas solía tener. Como madres, nos hemos encontrado continuamente remendando las rodillas raídas de la ropa de los pequeños y los peluches hechos jirones por el amor incesante. Como granjeras, hemos reparado pecheras de trabajo, gruesos calcetines de lana e incluso sombreros de paja para el sol. Como artistas, nos hemos enamorado de la belleza de la reparación imperfecta y de cómo una reparación puede llevar una historia: ¿Cómo se rompió y quién la arregló?

Vimos una oportunidad de ofrecer nuestros esfuerzos y revivir estas habilidades sin importar las distancias. Desde 2016 nos hemos centrado en la educación y la inspiración, comenzando por compartir sencillos tutoriales de reparaciones en nuestra página de Instagram (@thefarwoods) para cosas como como zurcir un calcetín, arreglar un agujero en la rodilla de tus pantalones o calzas e incluso una rápida reparación de la correa de un reloj demostrada por nuestra Mamá. En el terreno presencial, comenzamos a impartir clases de zurcido, talleres de reparación y, en 2020, escribimos e ilustramos una guía de reparaciones llamada Mending Life: A Handbook for Repairing Clothes and Hearts (Remendando la vida: Una guía para reparar ropa y corazones). A través de nuestro trabajo, hemos descubierto que muchas personas están ansiosas por aprender cómo convertirse en participantes activos de sus guardarropas en lugar de solo consumidores. El cuidado, la intención y la idiosincrasia que cada uno trae a sus reparaciones les ayuda a enamorarse aún más de las cosas remendadas.

A continuación te dejamos una idea original para regalar en estas fiestas: ofrece reparar una prenda para un amigo o un familiar. Si no sabes cómo, empieza por buscar uno de los tantos recursos disponibles sobre reparaciones: ve videos de YouTube, busca #visiblemending en Instagram, lee nuestro libro o pídele a un amigo o amiga que te enseñe. Por el otro lado, si ya sabes cómo hacer reparaciones, ¡ofrécete a enseñarle a alguien más cómo hacerlo! Es un regalo invaluable que les servirá toda la vida. Crear, así como vivir, el futuro que queremos ver requerirá millones y millones de pequeños actos de reconciliación, amor y reparación.

Remendando la vida

“Zurcir calcetines es sorprendentemente simple y, al ser una de las reparaciones más satisfactorias, es un buen punto de partida para aprender”, dice Sonya. “El zurcido de tejido plano consiste esencialmente en recrear una tela para llenar un agujero o reforzar la tela donde se está desgastando, como en el talón de un calcetín. Se necesita herramientas básicas: una aguja de tapicería o de zurcir, hilo o hilo de bordar y un huevo de zurcir para mantener la forma del talón, si es ahí donde se necesita hacer la reparación. Consejo profesional: ¡Una naranja o una cebolla pueden sustituir al huevo de zurcir! Calcetines con la cara hacia afuera (a la izquierda) y del revés (a la derecha). Foto cortesía de The Far Woods

Remendando la vida

Izquierda: La autora zurciendo. Foto: Corrinne Theodoru.

Derecha: “Usar nuestra propia ropa remendada ha servido para iniciar conversaciones, como una herramienta al enseñar y como nuestra propia y silenciosa rebelión”, dice Sonya. “Somos nosotras poniendo en práctica, de forma creativa, una nueva mentalidad que puede no ser la aún la predominante, pero al trabajar para normalizar algo poco común, eventualmente, con suerte, podemos volver a hacerlo común”. Foto cortesía de The Far Woods

Remendando la vida

“Cada rasgadura cuenta su propia historia”, dice Sonya. “Aquí es donde me enganché los pantalones en un clavo rebelde que sobresalía de una vieja silla que hizo mi bisabuelo. Cada reparación puede llevar una historia también. Cada vez que estos jeans necesitaron ser reparados, practiqué una técnica nueva que acababa de aprender. El resultado es una prenda ‘viva’, todavía útil, en constante evolución y visiblemente amada”. Foto cortesía de The Far Wood

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